La Evaluación de Personalidad es un proceso utilizado para examinar y comprender la forma en que una persona piensa, siente y se comporta en diferentes situaciones. El objetivo principal de esta evaluación es obtener una imagen completa y precisa de la personalidad de un individuo, lo cual puede ayudar a diagnosticar trastornos de la personalidad y proporcionar recomendaciones para el tratamiento. Además, permite predecir el comportamiento y evaluar el perfil en situaciones laborales de responsabilidad, como el trabajo con niños o cargos de confianza. Durante la Evaluación de Personalidad, se examinan áreas clave que definen a la persona, las cuales incluyen la identidad, las relaciones interpersonales, el manejo de la rabia, el control de impulsos, el control interno, la conservación del juicio de realidad, los mecanismos adaptativos y la sexualidad. Estas áreas son importantes para comprender cómo una persona interactúa con el mundo y cómo se desenvuelve en su vida cotidiana. Para llevar a cabo la Evaluación de Personalidad, se realiza un proceso que generalmente consta de al menos 4 sesiones para que sea válido. Es fundamental comenzar con una entrevista semiestructurada que permita recopilar información relevante sobre la historia de vida, el contexto actual, las relaciones interpersonales, entre otros aspectos. Durante la entrevista, se explorará el temperamento (el componente innato de la personalidad), el carácter, la forma de adaptarse socialmente y se conocerán las experiencias pasadas y actuales que pueden haber afectado o estar afectando al individuo, observando sus reacciones, tono emocional, contradicciones, etc. Además de la entrevista, es importante utilizar algunos instrumentos de evaluación estandarizados, como los test proyectivos, por ejemplo, el test de Rorschach y el test de TRO (Test de Relaciones Objetales), entre otros. Estas herramientas proporcionan información adicional sobre la personalidad del individuo y ayudan a confirmar observaciones y brindar datos sobre aspectos menos conscientes o inconscientes. Además se consideran los recursos personales, los desafíos, capcidad de resiliencia  y los factores protectores del ambiente. . Una vez que se ha recopilado toda la información necesaria, el evaluador analiza, interpreta y establece conclusiones diagnósticas basadas en ella. A partir de esto, se pueden diagnosticar posibles trastornos de la personalidad y definir un plan de tratamiento adecuado. Es fundamental que después de la evaluación, la persona reciba un feedback y se le informe si requiere un tratamiento. El tratamiento podrá ayudar a la persona a comprender y abordar sus problemáticas, dificultades conductuales y patrones de pensamiento y comportamiento repetitivos que bloquean su desarrollo, permitiendo así realizar cambios positivos. Es importante destacar que la Evaluación de Personalidad debe ser llevada a cabo por profesionales de la salud mental capacitados, como psicólogos especializados en psicodiagnóstico, con experiencia en el manejo de instrumentos y evaluación comprensiva. Ellos son los más indicados para realizar una evaluación precisa y proporcionar recomendaciones y tratamiento adecuado. ​ ​ Toda evaluación Implica una recomendación de tratamiento, tomando en cuenta la evidencia médica que existe al respecto y siempre tiene por objeto  entregar  ayuda terapéutica.